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CERRANDO ESTE BLOG.

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Quiero despedirme pidiendo disculpas a quienes se sintieron dolidas por mi franqueza. No olviden que todo lo que escribí está basado en mi propia experiencia. También en la observación de algunas mujeres de mi edad que no saben o no pueden asumir nuestra decadencia física. No debemos cerrar los ojos y  ni tratar de disfrazar nuestra edad con atuendos juveniles. Mantengámonos mentalmente activas. Leamos, asistamos a talleres culturales. No nos limitemos a ir al gimnasio. Nada sacamos con tonificar nuestros músculos si abandonamos nuestro cerebro. Y no olviden los dos lemas que deben mover a la mujer de esta y de todas las edades: ¡¡ Viejas sí, gordas no!!  y  ¡¡ Regias hasta la muerte!!

CUIDADO DE LAS MANOS.

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Aunque hayamos usado siempre guantes de goma para lavar los platos, nuestras manos han perdido su lozanía.  El cutis se ha marchitado y a menudo, feas manchas de melanina han terminado por acomplejarnos. Pero, no cedamos a la tentación de esconderlas.  Sigamos cuidándolas con crema humectante, varias veces al día. Una de las mejores cremas de manos es la humilde Pielarmina.  Es barata y efectiva, incluso más que algunas muy caras , confíen ella sin dudarlo. No se dejen las uñas largas ni se las pinten de colores, ni aún rosadas. Usen solo barniz incoloro.  Tampoco se pongas anillos llamativos que atraigan las miradas criticonas. No olviden que cuando algo se ha puesto  feo sin remisión, tratar de embellecerlo recargándolo de adornos, lo vuelve más feo todavía.

LOS AROS.

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Muy importante este tema a nuestra edad. Así como los tonos de nuestro maquillaje deben ser más sobrios, también corre esto mismo para los aros. Una mujer que usa el pelo corto se ve mal con aros largos o voluminosos. Los aros pequeños, pegados al lóbulo de la oreja son los más indicados. Las perlas nunca nos dejarán mal. Si lleva una melena corta hasta más abajo de la barbilla puede usar unos aros más largos, pero siempre sobrios. No olvide, menos es más cuando a elegancia se refiere.

CUIDADO DE LOS PIES.

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En esta época veraniega en que los mostramos más, debemos poner especial énfasis en su cuidado. Es cierto que nos hemos ido poniendo más " tiesas" y nos cuesta agacharnos a cortarnos las uñas. Así  es que, si va al pedícuro, tanto mejor. Si no puede ir porque no tiene plata o  no le dieron hora hasta Marzo, haga un esfuerzo y córtese  usted misma las uñas bien cortitas, aunque termine más torcida que un contorcionista de circo. Para las durezas de los talones, venden en el comercio un aparato que se llama escofina de pies. Úselo con entusiasmo. Que sus  piernas no se vean rematadas en dos garras casposas tipo dinosaurio. Y por último, no caiga en la tentación de pintarse las uñas de los pies rojo escarlata.  Las he visto, créame....

VESTUARIO COTIDIANO.

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Hay mujeres que han tomado la costumbre de andar de la mañana a la noche vestidas con buzo y zapatillas, como si estuvieran permanentemente entrenando para correr la Maratón de Santiago. Usted, no lo haga. Con estos calores terminaría echando vapores tóxicos, sobre todo por los pies. En las mañanas salga con una tenida fresca y bonita. ¡ Que se note que pasó por la ducha! Si va a hacer diligencias, aproveche la moda del calzado plano o use un taco moderado. A ninguna hora se justifica el taco alto, para nuestra edad. Aunque la inviten a salir de noche. Unos estiletos la pondrían en ridículo....o la pondrían en el suelo, lista para una prótesis de cadera. Sea sobria en la elección de los estampados. Es cierto que se usan mucho los floreados exuberantes, pero no exagere. No sea cosa que la confundan con una enredadera parásita  y la rocíen con pesticida. Aunque no vaya a salir y esté sola en su casa, siempre échese una manito de gato. No olvide que nos  resulta más fácil ver

KILOS DE MÁS.

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¡ Por ningún motivo, amiga!  Nada de echarse al trajín y decir que ahora se siente autorizada para comer lo que se le ocurra.  No se olvide de que tenemos dos lemas en nuestro movimiento reivindicatorio.  Estos son :  ¡Viejas sí, gordas no!  Y el otro:  ¡ Regias hasta la muerte! Lo de viejas sí, porque no podemos evitarlo. Pero gordas no, porque está en nuestra fuerza de voluntad  evitar esa ignominia. Sobre todo si somos bajitas... Aunque pensándolo bien, todas hemos terminado por serlo. Con esa tendencia de nuestra columna vertebral de achatarse y acercarnos cada vez más hacia la tierra...(Esta observación nos podría conducir a innecesarias y deprimentes  reflexiones filosóficas, así es que mejor la retiro ). Solo diré que ahora, hasta las altas son bajitas... Así es que a cuidar la línea. Usted dirá que para qué tanto sacrificio, si con solo evitar mirarse al espejo en ropa interior, está a salvo de la angustia...¡ja!  ¿ Y cuando va a la tienda e ingresa al probador?  ¿ No ha

BELLEZA EN LA TERCERA EDAD.

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Me costó poner este título, porque me carga ser de la tercera edad. Es una categoría a la que nos asimilaron sin nuestro consentimiento. Un día cualquiera, teníamos cincuenta y nueve años. Eramos lo que se llamaría "mujeres maduras". Al día siguiente, cumplimos sesenta y pasamos, sin decir agua va, a convertirnos en "adultos mayores", o peor aún, para algunos patudos insolentes, fuimos incluídas en el tierno y frágil gremio de las " abuelitas". ¡No! ¡ Que nadie nos haga sentirnos viejas ! Pero, tampoco, que nadie pretenda engañarnos con que somos jóvenes. Desde que se les ocurrió humillarnos encasillándonos, empezaron a elaborar una serie de mentiras piadosas para suavizar el golpe que nos habían inflingido. Empezaron a aparecer películas, seriales, libros de autoayuda o novelitas hipócritas en las que trataban de convencernos de que estábamos viviendo nuestros mejores años,que ser viejas era una suerte increíble con que habíamos